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Claridad en Medio de la Tormenta

equipos liderazgo rodrigo del campo Apr 28, 2020

Rodrigo Del Campo

No hay duda de que, en tiempos desafiantes, el liderazgo se torna mucho más importante y que las decisiones y acciones de los líderes pueden tener consecuencias altamente expansivas o devastadoras para sus organizaciones.

Pero, ¿qué significa buen liderazgo, en la práctica?

Los tiempos de crisis o de grandes desafíos no son para los actos grandilocuentes, sino que, como ha identificado Jim Collins en sus libros "Good to Great" y "Great by Choice", se deben enfocar en una "ejecución fanáticamente disciplinada" de aquellas variables que realmente marcan la diferencia entre la vida y la muerte del negocio.

Para ello, el primer paso es reconocer que los integrantes de la organización siempre están observando las acciones y decisiones de sus líderes para obtener guías con respecto al actuar esperado en cada momento.

Definitivamente, los líderes que son observados con más detenimiento son los integrantes del Equipo Gerencial o Comité Ejecutivo, es decir, el Gerente General y sus reportes directos. Son ellos quienes deben poner especial cuidado en lo que dicen y comunican a la organización pero, especialmente, en las decisiones y acciones que toman. Como se suele decir, "lo que haces habla tan fuerte que no puedo escuchar lo que dices".

Desde nuestra experiencia y la de cientos de implementadores del Sistema Operativo Emprendedor (EOS ー Entrepreneurial Operating System) en todo el mundo, hay cinco ámbitos en los que los líderes se deben enfocar para proveer claridad continuamente, pero especialmente en tiempos turbulentos, a sus organizaciones:

1. Estructura de Funciones y Responsabilidades: Ya sea que la situación requiera o no hacer ajustes en la cantidad de personas contratadas por la organización, los líderes deben ser capaces de responder positivamente a cuatro preguntas clave:

  • ¿Es esta la estructura correcta de funciones y responsabilidades que necesitamos en los próximos 6 a 12 meses?;

  • ¿Tenemos a las personas idóneas en cada una de las funciones o subfunciones?;

  • ¿Tienen esas personas total claridad de sus responsabilidades y los resultados que se espera que generen?, y

  • ¿Tienen todas las personas de la organización el tiempo y los recursos para hacer bien su trabajo?

Si la estructura no es la correcta y/o no contamos con personas idóneas, con claridad de sus responsabilidades, en cada una de las funciones, simplemente va a ser imposible que las personas cuenten con todo el tiempo y los recursos para realizar bien sus trabajos, generando ineficiencias que no nos podemos dar el lujo de tener, ni en condiciones normales, ni mucho menos en situaciones de crisis.

2. Metas a Corto Plazo: Cuando el escenario cambia dramáticamente, es importante revisar si las metas a corto plazo (1 a 3 meses) siguen siendo relevantes y si es donde deberíamos enfocarnos. Es verdad que los objetivos a un año y especialmente a 3 a 5 años pueden y deben mantenerse iguales o muy parecidos, pero precisamente para lograr esos objetivos, debemos revisar nuestras metas a corto plazo, para adaptarnos a la situación cambiante, responder a los desafíos y capturar las oportunidades que aparezcan.

3. Indicadores: ¿Cuáles son los indicadores que necesitamos revisar diaria o semanalmente? Debemos enfocarnos en aquellos que provean la mayor claridad posible con respecto a las prioridades, de tal forma que nuestros colaboradores se enfoquen en ellas.

4. Frecuencia de Reuniones o Reportes: En situaciones de crisis, es común que los plazos se acorten, debido a la información altamente cambiante. Si antes revisábamos indicadores mensual o semanalmente, es muy probable que tengamos que movernos a revisiones semanales y diarias, respectivamente, para verificar la evolución de esos mismos indicadores y tomar las acciones correctivas necesarias.

5. Simplificación de Procesos: Si bien siempre debería haber un foco constante en la simplificación de los procesos, para contrarrestar la tendencia natural hacia la complejidad, en tiempos difíciles es especialmente importante preguntarnos cuáles son los aspectos esenciales de lo que hacemos, qué agrega valor a los indicadores, metas y objetivos que estamos tratando de lograr y enfocar nuestra energía y recursos solo en eso.

Por supuesto que nadie puede anticipar el futuro y saber exactamente cómo las situaciones más complejas terminarán afectando al mundo, al mercado y a nuestro negocio. Pero, como siempre, el Equipo Gerencial o Comité Ejecutivo tiene la responsabilidad de proveer la mayor claridad posible a sus colaboradores, a través de las decisiones y acciones que toma, con la información que sí está disponible en cada momento.

Si nos tomamos esa responsabilidad en serio, tendremos la posibilidad de transformar los tiempos turbulentos en una gran oportunidad de reinvención y adquisición de nuevas capacidades para nosotros individualmente, para nuestros equipos y nuestras organizaciones.

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